El pasado 21 de diciembre la longaniza “sudzhuk” de Gorna Oriajovitsa se convirtió en el primer producto alimenticio búlgaro oficialmente registrado por la Unión Europea con denominación de origen protegida. Cuando es mencionado el nombre de Bulgaria ¿cuál es la primera cosa que nos viene en mente? Desde luego, nos acordamos inmediatamente del famoso yogurt búlgaro. E, igualmente, del fragante aceite de rosas. Sin embargo, ninguno de estos dos símbolos de Bulgaria cuenta con protección oficial de su denominación de origen. Ni siquiera el famoso yogurt búlgaro cuajado con el lactobacilus bulgaricus, que sólo se da en las tierras de Bulgaria, cuenta con denominación de origen oficialmente protegida. Ahora la longaniza “sudzhuk” de Gorna Oriajovitsa parece que va a desbrozar el camino. El presidente de la Asociación de Transformación y Elaboración de productos cárnicos en Bulgaria, Kiril Vutev, anunció que se han cursado solicitudes para la denominación de origen protegida también para muchos otros productos tradicionalmente búlgaros. Semejantes solicitudes las van cursando asimismo los productores nacionales de productos lácteos como el yogurt, el queso blanco y el queso amarillo.

Los trámites en la Unión Europea para registrar las denominaciones de origen geográfico son realmente muy pesados y prolongados. Caso de que la petición es disputada por otro país o productor el procedimiento será suspendido hasta que las partes involucradas en el litigio se pongan de acuerdo. En el contexto balcánico caben variantes de desarrollo bastante emocionales en este sentido.

La registración de la longaniza “sudzhuk” de Gorna Oriajovitsa les llevó casi tres años a los postulantes de la asociación “Rajovets 2007”, integrada por tres empresas que en el futuro serán las únicas en poseer el derecho de elaborar este producto cárnico. La longaniza, a base de carne de res adobada con condimentos se produce al menos desde el año 1538 en Gorna Oriajovitsa, ciudad cercana a Veliko Tarnovo, antigua capital de Bulgaria.

En 1861 la longaniza de Mijaíl Nikolov, productor y mercader de esa milla fue distinguida con medalla en la exposición internacional en Turín, Italia. Pocos años después, en 1882, el etnógrafo austro-húngaro Félix Filip Kanitz describió en su libro “La Bulgaria del Danubio y el Balcán”, las tradiciones de los habitantes de Gorna Oriajovitsa relacionadas con la producción de sabrosos productos cárnicos. Estos hechos forman parte de los 600 folios de documentación que Bulgaria ha presentado para respaldar la denominación de origen y las tradiciones en la elaboración de la longaniza sudzhuk de Gorna Oriajovitsa.