La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio cruel de Nerón. San Andrés Protocletos es uno de los doce apóstoles y discípulos de Cristo, el hermano de San Pedro. Andrés tiene el honor de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista.

En el calendario tradicional de los búlgaros el día del Apóstol San Andrés marca el comienzo del ciclo de festividades de invierno. La festividad es llamada Andreevden y ese día, según los conocimientos populares en astronomía el día comienza a crecer y a reducirse la duración de la noche.

Las tradiciones relacionadas con el día de San Andrés combinan rituales cristianos, paganos  y supersticiones. Pero todos ellos giran principalmente en torno a la esperanza de un invierno suave,  un generoso próximo año y a la preservación de  la cosecha.

En la capital de Bulgaria se encuentra un templo, único en pais, que lleva el nombre de San Andrés Protocletos. El templo fue erigido en 1926 para rendir homenaje a la memoria y glorificar a los heroicos soldados y voluntarios búlgaros que habían participado en la guerra ruso-turca de Liberación de Bulgaria, años 1877 a 1878 y la guerra serbo-búlgara en 1885.

El 8 de noviembre es la festividad del Arcángel Miguel. Es uno de los santos más venerados en la Iglesia ortodoxa, lo cual explica la popularidad de su nombre en personas y lugares.

En la tradición popular se le conoce como San Ránguel y es uno de los siete ángeles que rodean el Divino Trono.

Según la mitología búlgara Rángel es uno de los 7 hermanos que repartieron el mundo entre si. A él le tocó el mundo de los muertos. Por eso en la mitología Rángel es conocido como “el que saca el alma”. La gente respeta mucho ese personaje mitológico, porque se considera que es el único que intercede para el alma de los difuntos delante de Dios.

Este día no se trabaja, no se hacen fiestas, no se escucha música alta.

Una de las fechas más brillantes en el calendario de Bulgaria es el 1 de noviembre. En este día, el pueblo búlgaro celebra el Día de los próceres nacionales. Esta es la fiesta en que honramos la memoria de los educadores búlgaros, escritores, revolucionarios y los santos próceres del espíritu nacional.

En nuestro panteón nacional mucho búlgaros dejaron su brillante huella en la lucha por la independencia nacional y religiosa; figuras públicas y educadores; clásicos de la literatura y los artes.

Por primera vez el día de los próceres búlgaros se celebró en 1909 en Plovdiv, y más tarde en todo el país.

Algunos de los próceres nacionales más destacados son:

Los Santos Cirilo y Metodio, San Iván de Rila, Gregory Tsamblak, Vladislav Gramatik, Paisii Hilendarski, Neófito Bozveli, Neófito Rilski, Iván Seliminski, los hermanos Dimitar y Constantino Miladinovi, Georgi Rakovski, Vasil Levski, Hristo Botev, Stefan Karadza, Hadji Dimitar, Liuben Karavelov, Dobri Chintulov, Petar Berón, Vasil Aprilov, Iván Vazov y muchos, muchos más búlgaros famosos.

El 22 de septiembre de 1908 en la capital medieval búlgara de Veliko Tarnovo el príncipe Fernando proclama la independencia de Bulgaria.

De este modo queda rechazada una de las cláusulas principales del famoso Tratado de Berlín firmado por las grandes potencias en 1878 que deja a Bulgaria como vasallo de Turquía y nuestro país se convierte en un estado soberano.

La proclamación de la independencia fue un acontecimiento sin mucho brillo y sin grandes manifestaciones, pero un acontecimiento de enorme importancia.

Un acontecimiento que se inscribe en el conjunto de pasos decisivos dados por la sociedad y el estado por el camino a la modernización global y la participación equitativa en las relaciones europeas.

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Día de la Unificación – 06 de septiembre – es una de las fechas más  importantes en la nueva historia de Bulgaria.

Sin lugar a duda es uno de los acontecimientos más notables y dignos en el crecimiento y el desarrollo del Estado búlgaro.

La Unificación del Principado de Bulgaria con Rumelia Oriental es una señal clara de que en la vida política de Europa nació una nueva nación cual deben respetar.

En este día el pueblo búlgaro se atrevió a anunciar la Unificación después de rechazar el derecho de los grandes países europeos  de disponer de su destino.

La defensa del Paso de Shipka fue una de las batallas más importantes de la guerra ruso-turca de 1877-1878.

Con una gran fiesta se conmemoro el 136º aniversario de la Epopeia de Shipka. Varios miles de personas llegaron a la cima, donde a las 12:00 el Presidente y Comandante Supremo del Ejército búlgaro Rosen Plevneliev recibió la guardia de honor. En su discurso, el Presidente señaló que las generaciones presentes y futuras deben saber qué tipo de ideales han inspirado a sus antepasados ​en los tiempos oscuros.

«El evento de hoy es libre, el camino hacia a la unión es abierto. En nuestras manos está la continuación de la labor de los heroes de Shipka, frente a nosotros es la vida de nuestros hijos. Trabajemos con dignidad, actuemos con prudencia, para construir el camino hacia el ideal nacional de Bulgaria, para su desarrollo y prosperidad «, dijo el presidente.

Desde los primeros tiempos del cristianismo, San Pedro y San Pablo, son venerados como las primeras columnas de la Iglesia cristiana. Ambos son los fundadores de la Iglesia en Roma, Madre y Maestra de todas las demás comunidades cristianas. Ellos predicaron con gran fortaleza el mensaje de salvación; y ellos dieron, con su martirio, el supremo testimonio de su fe en Cristo muerto y resucitado.

Pedro fue escogido para ser cabeza de la Iglesia, y ahí en Roma fue el primer obispo y se sentó en la sede para regir y enseñar. Pablo, predicador insigne, viajó incansable durante treinta años por todos los pueblos y ciudades del Mediterráneo, llevando el mensaje de salvación.

En 24 de junio en Bulgaria se celebra la fiesta de verano llamada Eniovden.  Está dedicada al sol, la lucha entre el bien y el mal, de la esperanza para  la salud. En esta  fecha la iglesia cristiana celebra el día del nacimiento de Juan el Bautista.

Los rituales y las tradiciones de ambas fiestas se entrelazan. La celebración coincide con el solsticio de verano, por lo que el objetivo principal de los rituales es la preservación de la vida a través de la fertilidad. Celebran en este día – Juan, Yanko, Jana, Enio, Encho.

Con esta fiesta se vinculan muchas creencias acerca de sol, agua y las plantas medicinales.  Las plantas medicinales recogidas para el invierno tienen que ser “77 y media“- para todas las enfermedades y para la «enfermedad sin nombre.» No es casualidad que en Eniovden celebran  los farmacéuticos, los curanderos y los “nestinari”.

Eniovden es el día más largo del año, lleno de esperanza y de fe en las buenas fuerzas de la naturaleza.

En la iglesia ortodoxa hay varios días dedicados a la oración por los muertos, los cuales la mayoría son días sábados previos a la celebración de la Pascua, la Cuaresma o Pentecostés.

Los búlgaros aprecian la memoria de sus muertos desde la eternidad. Nuestros antepasados, tracios, eslavos y protobulgaros  honraban a sus muertos. Estos rituales y ceremonias, aunque ya modificados, llegaron hasta nuestros días.

La conmemoración de los fieles difuntos se hace por todas las iglesias ortodoxas en el mundo. En Bulgaria se llama «Chereshova zadushnitza», en el nombre de la fruta más popular en esta época del año – la cereza. En este día en los templos se hace Divina Liturgia para los muertos.

Según la creencia popular en este día las almas de los muertos regresan y se paran a su propia tumba. Por tal motivo sus parientes vivos les llevan comida y el vino.

A través de la ceremonia en la iglesia se pide el perdón de Dios por nuestros muertos.  Se preparan pan, trigo, vino, frutas (cerezas) y otros alimentos que se reparten. Los cristianos visitan las tumbas de sus familiares fallecidos, los limpian, incendian velas, transvasan el agua y el vino tinto.

La importancia del trabajo de la épica “Historia eslavo-búlgara”  para el despertar de la conciencia nacional de los búlgaros durante el Renacimiento hace Paisii de Jilendar una de las figuras más respetadas de la historia nativa. Mérito al humilde monje y taxidiote (monje ortodoxo que recoge donaciones para monasterio) es una de las figuras más populares de la Iglesia ortodoxa búlgara. La obra de Paisii está cargada de enorme energía patriótica.

En el prólogo de su libro titulado “Historia eslavo-búlgara”, Paisii de Jilendar se dirigió a sus compatriotas así: “Leed y sabed, para no ser objeto de burlas y reproches de otras tribus y pueblos. Me encariñé extraordinariamente con el pueblo y la patria búlgaros y con mucha labor me dediqué grandes esfuerzos a recopilar libros e historias hasta reunir la historia de los búlgaros en este librito para vuestro beneficio y alabanza. Lo escribí para vosotros quienes amáis su pueblo y la Patria búlgara. Copiad esta historia y pagad para que se la copien quienes sepan escribir, y guardadla para que no desaparezca”. A pesar de que en su visita «en la tierra alemana» ha visto tipografía, Paisii quiere que la «Historia» se copia a mano, dándose cuenta de que este tipo de trabajo es una garantía para educar a los seguidores.

Se conoce que el libro original tiene unas 70 copias. Hoy se conservan unas 45 variantes que han llegado a nosotros con el transcurso del tiempo. Hoy en día estudiantes búlgaros están haciendo copias de la Historia eslavo-búlgara en homenaje a Paisii y su obra, emblemática para el Renacimiento Nacional y la identidad nacional de los búlgaros.

Paisii de Jilendar fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa Búlgara en 1962.